¿Recuerdas que lo hacías de pequeño o de pequeña? ¿Nunca has tenido una?, pues nunca es tarde para hacerlo por primera vez y más si es disfrutando de un momento mágico con nuestros niños o niñas.

En primavera y en verano es tiempo de jugar en el exterior, de disfrutar de la naturaleza, de correr, de saltar, de experimentar, en familia o entre amigos. Si hay un juego versátil que se adapta a todas esas premisas son las cometas. Para utilizarla necesitamos salir al campo, a la playa, al parque, en definitiva estar en contacto con la naturaleza. Eso que tanto nos gusta cuando asoma un rayo de luz, al menos aquí en Compostela. Eso sí necesitaremos un poco de viento, que aquí es raro que nos falte, y alguien con quién compartir el momento mágico en el que la cometa alcanza el vuelo y se nos ilumina el rostro con un reto conseguido.

¿Qué nos aporta volar una cometa?

  1. Actividad física y coordinación, ya que tendremos que correr, saltar, elevar los brazos y desarrollar una buena coordinación motora. Algo que no viene nada mal en estos tiempos actuales en los que las pantallas acaparan gran parte de la vida de los niños y niñas.
  2. Cooperación, tendremos que colaborar para conseguir un objetivo común: que la cometa vuele. Esto implica trabajo en equipo, esfuerzo y colaboración.
  3. Contacto con la naturaleza, para hacerla volar tendremos que estar en lugar abierto con viento. Es por tanto un buen complemento para un día de parque, de playa o de campo.
  4. Paciencia y perseverancia: fomenta beneficios sociales y afectivos ya que los padres nos involucramos para lograrlo y transmitimos a los niños y niñas: afecto, confianza, autoestima y motivación.

Aprender a volar una cometa es un juego que va más allá de lo puramente lúdico. Necesitaremos dosis de paciencia, tolerancia a la frustración, motivación y persistencia. No es fácil hacerla volar, pero entre todos podremos conseguirlo. De paso corremos y quemamos calorías, aprendemos a valorar la naturaleza y respiramos aire puro.

¿Qué más se puede pedir?

Y si os decimos que además aprenderán conceptos de física como gravedad, tensión, aerodinámica, velocidad, ya que la cometa funciona gracias a la fuerza y dirección del viento, en su vuelo influyen muchos factores.

¿Para que edad están recomendadas?

De todas las que encontrarás en nuestra tienda depende del tipo de cometa:

- De bolsillo: son simplemente como una bolsa de plástico a la que le atamos un cordón, sólo que más vistosas. Éstas se pueden utilizar desde los 3 años, ya que no contienen varillas y son muy fáciles de volar. Sólo tendremos que elevarla y a correr.

- Pequeñas: pueden aprender a volar las desde los 5 o 6 años con ayuda claro está, pero con un poco de habilidad las podrán manejar. Las hay de diferentes formas y dibujos, para todos los gustos.

         

- Grandes: son un poco más difíciles de manejar por su tamaño y por nuestra experiencia os las recomendamos a partir de los 7 años para que la consigan volar. Cuando alcanzan el vuelo son más espectaculares.

             

Para todos los que tenéis ganas de probar os dejamos unos consejos, el resto ya depende de vosotros:

  1. Una persona debe sostener el hilo, la otra persona la cometa. La cometa debe estar hacia ti y al viento.
  2. Desenrolla entre 25- 20 cm de cuerda. La persona que tiene la cometa debe distanciarse lo misma distancia de ti tensando el hilo.
  3. Cuando creas que el hilo está bien tenso (sin pasarte para que no rompa) y que el viento está tirando de ella hazle una señal a la persona que sujeta la cometa para que la suelte.
  4. Si lo has logrado debes estar atento a la dirección del viento e ir moviéndote en función de él.
  5. Si quieres que la cometa suba más arriba sólo debes soltar más hilo, ten cuidado y no la sueltes toda ya que se puede romper.
  6. Disfruta el momento
  7. Para que descienda ve recogiendo el hilo.

Por cierto ¿sabéis el origen de las cometas?

Se dice que en la Antigua China, alrededor del 1200 a.c las utilizaban como señalización militar y que incluso Benjamín Franklin las usó para investigar los rayos e inventar el pararrayos.

Curioso eh?

¡Correr, volar, un sueño de verano!

Contadnos si las sabéis volar, si os recuerda a vuestra niñez, o si alguien especial os ha enseñado.